¡Contigo no! by Naiara Hernández

¡Contigo no! by Naiara Hernández

autor:Naiara Hernández
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Romántico, Novela
publicado: 2019-08-13T22:00:00+00:00


Capítulo 19

Me desperté sola en la enorme cama. Después de meditarlo como unas veinte veces, decidí levantarme. Me metí en el baño y me aseé. Mi pelo tenía uno de esos días rebeldes, así que lo recogí en una coleta alta, echando mi fleco hacia atrás. Me puse unos shorts vaqueros, dado que el sol brillaba con intensidad, y una camisa roja de una sola manga. Me calcé unas cómodas manoletinas y bajé a la primera planta, en busca de Matt, quien se encontraba tras la barra de desayuno, con una taza de café en la mano y observando el portátil con atención. Pensé que me desmayaría allí mismo cuando alzó la vista de la pantalla hacía mí, mirándome por encima de sus gafas de pasta negras.

S.O.S necesitamos a los bomberos para solucionar una pequeña inundación.

—Buenos días, gatita.

—Buenos días. ¿Qué haces?

—Nada importante —dijo ofreciéndome una taza de cafeína. Volvió a poner sus sentidos en el ordenador.

Picada por la curiosidad, rodeé la barra silenciosamente, y me situé a sus espaldas, mirando disimuladamente la pantalla. Vi fotos de casas, lo cual me pareció extraño, dado que sabía que Matt tenía una impresionante y maravillosa casa victoriana en pleno Londres. No es que él me hubiera hablando de ella, pero sí que había investigado sobre ello. Mi respiración se cortó, cuando al forzar la vista, logré ver el destino que estaba mirando.

—¿¡Te vas a comprar una casa una en Madrid!? —mi voz sonó aguda debido a la sorpresa.

Matthew se carcajeó y se giró para poder mirarme.

—Eres una chismosa.

—Eso no contesta a mi pregunta. ¿Por qué estas mirando casas en Madrid?

—Porque me quiero comprar una —dijo como si tal cosa.

—¿Por qué?

—Por qué me gusta Madrid. —Se encogió de hombros y añadió—: ¿Es que no me quiere tener cerca, señorita Rivas?

Me pasé la mano por el cuello, y evitando que viera mi boca temblar bebí de mi taza. ¿Qué si quería tenerlo cerca? Tan cerca como pudiera. Es más, por mí que se fuera vivir no a Madrid, ni a mi barrio, ni a mi edificio, sino a mi casa.

—Sí, claro. Será… Divertido.

—¿Divertido? ¿Así es como defines lo que tenemos? —Su ceja se alzó al igual que su comisura.

—Bueno… es que lo es.

Negó con la cabeza, poniéndose en pie, mirándome de aquella manera que conseguía calentar todos los recovecos de mi cuerpo.

—Gatita… Divertido es salir a tomar unas copas con los amigos, una cena en familia o un juego de mesa. Lo nuestro…—Agarró mi cintura, jalando de ella y pegándome a su pecho—… Es excitante, sensual, lujurioso… Puro fuego. Pero no divertido.

Tragué saliva audiblemente. Me pasé la lengua por los labios, que de pronto se vieron igual de secos que el desierto. Matt sonrió como el canalla que era y volvió a acomodarse en la butaca, de vuelta al ordenador.

¡Genial! Pensé, yo aquí siendo un sinónimo de fuente en mis partes bajas y él se va al ordenador.

Como Bennett no parecía estar por labor de quitarme el calentón, me terminé el café y me fui directa a la ducha.



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